DE LA MANO

Paseando por la calle,
me encontraba con mi madre,
chispeando con tristeza,
caían las gotas suaves.

Quitaban el color a todo
y en mis manos resbalaban.
Esas gotas, casi heladas,
mi alma cristalizaban.

Asomó el sol entre montañas.
Amaneció en mi gesto, en mi cara.
En mi interior, el arcoíris;
y junto a mí, mi luz, mi ama.

LA POLISEMIA DA MUCHO JUEGO

Mamá llama llama al bombero para que apague la llama. 
¡Qué jaleo!